El Real Madrid, gracias a un excelente cabezazo de Cristiano Ronaldo, rompió la hegemonía del Barcelona, acabó con su maldición copera de dieciocho años y vio cómo José Mourinho encontraba premio a su apuesta para neutralizar la propuesta futbolística de Pep Guardiola.
En el primer tiempo destacó un excelente planteo defensivo y de contraataque del Real Madrid, equipo que generó hasta dos claras ocasiones de gol y estrelló un remate de cabeza (Pepe) al poste derecho del arco defendido por Pinto. La segunda parte fue enteramente del Barcelona: recuperó el balón y trianguló a placer con Iniesta y Xavi, y en varias ocasiones tuvo contra las cuerdas a los albos.
Al final de los 90 minutos no se logró abrir el marcador y por ello se tuvo que jugar dos tiempos suplementarios. Fue de esta manera que Cristiano tuvo el gol en una contra que acabó con un remate raso y potente (98’), pero el balón no entró, algo que sí sucedió en un excelente cabezazo del portugués a centro de Di María poco después. El remate valió el título.